Ale Castañeda
El sábado 18 de abril del 2020 fue un día caluroso de primavera; sin embargo, hubo una noticia que rompió el corazón de muchos lectores hispanohablantes. Alrededor de las dos de la tarde, los medios anunciaron la muerte de la escritora Amparo Dávila.
Amparo Dávila, escritora mexicana nacida en 1928, fue un parteaguas no solo en la literatura fantástica sino también en la literatura mexicana. A muy corta edad empezó a escribir y su obra empezó a publicarse a partir de los años cincuenta. En 1977 fue galardonada con el Premio Xavier Villaurrutia y, actualmente el gobierno de México entrega un premio con su nombre.
Me gustaría poder analizar aquí la obra y contarles todo lo que ella hizo y escribió. Pero, quiero hablar acerca de lo que dejó en mí. Conocí a Amparo Dávila en mi primer semestre de la universidad, estaba muy contenta de haberme quedado y mis papás me dijeron que me llevarían a la venta nocturna del Fondo de Cultura Económica por lo que publiqué un tweet en el que pedí recomendaciones literarias. Una amiga me contestó y me dijo que la mejor inversión que podía hacer era comprar los Cuentos reunidos de aquella escritora.
Cuando leí el primer cuento me di cuenta que no había leído nunca antes algo igual. Cada escenario era tan familiar pero su descripción le daba un toque insólito que me atrapó. Esto provocó que cada noche leyera uno de sus cuentos. La sensación era extraña, hubo narraciones en las que nunca supe cuál era el sujeto del que tanto me describía sus acciones. Hubo narraciones que causaron sudor en mis manos y mezclas de emociones. Leer sus obras por primera vez fue una rueda de sensaciones.
Alrededor de mi vida he leído a varios escritores y luego he regresado a sus obras. No obstante, no vuelvo a sentir grandes emociones como la primera vez. Leer a Amparo Dávila es sentir todos aquellos sentimientos que sentiste la primera ocasión que la leíste, en cada narración logra ponerte los pelos de punta. Los espacios y tiempos narrativos que creó son una delicia para el lector.
Cuando supe la noticia de su muerte no pude evitar sentir una gran tristeza. Sin embargo, me sentí feliz de que haya visto crecer las semillas que sembró en cada uno de sus lectores y de sus alumnos. Personas a las que enseño hoy son teóricas de la literatura fantástica y, sin duda alguna logró ver el crecimiento de autoras mexicanas. Amparo Dávila al igual que sus coetáneas marcó un parteaguas para cada lectora y escritora que la leyera. Presentó nuevos temas, nuevos escenarios y nuevas sensaciones para la literatura nacional. Escribió de temas y situaciones que solo estaban destinados a hombres.
En uno de sus escritos pide morir en un día soleado de primavera y así fue. Si aún no lees nada de ella te recomiendo mucho sus cuentos y su poesía. Es una experiencia inolvidable. Para encontrar un poco de su obra solo debes entrar al siguiente link en el que se encuentran disponibles algunas de sus obras sin costo alguno. De igual forma, te recomiendo mucho conseguir la edición El huésped y otros relatos siniestros publicada por el Fondo de Cultura Económica.